3. Si el que peca es el sacerdote consagrado por la unción -de manera que la culpa recae también sobre el pueblo- él ofrecerá al Señor, por el pecado que ha cometido, un novillo sin defecto, en calidad de sacrificio por el pecado.





“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina