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Apocalipsis, 18

19. Y echándose tierra sobre su cabeza, llorando y lamentándose, decían: «¡Ay, ay! ¡La gran Ciudad! Con su opulencia se enriquecieron todos los que poseían barcos en el mar. ¡Y en una hora ha sido arrasada!».

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Apocalipsis 18 habla sobre la caída de la gran ciudad, Babilonia, que se ve como una figura simbólica del sistema mundial de poder y corrupción. La ciudad es vista como responsable de todas las cosas malvadas y abominables que han ocurrido en la tierra. Aquí hay cinco versos de otras partes de la Biblia que se relacionan con los temas abordados en Apocalipsis 18:

Jeremías 50:32: "El orgullo de Babilonia caerá y ya no se elevará; destruiré sus imágenes talladas y sus estatuas; y siempre será un objeto de horror". Este versículo habla sobre la caída de la ciudad de Babilonia y su orgullo, que es similar a lo que se describe en Apocalipsis 18.

Jeremías 51:7: "Babilonia era un cáliz dorado en manos del Señor, que bebió toda la tierra. Las naciones bebieron del vino de su ira; así que ahora están locos". Este versículo describe cómo Dios usó a Babilonia para castigar a otras naciones, pero ahora será castigado a sí mismo.

Jeremías 51:45: "¡Sal de ella, mi pueblo! Salvo, cada uno de ustedes, de la ardiente ira del Señor". Este versículo es un llamamiento para que las personas abandonen la ciudad de Babilonia antes de que se destruya, lo cual es similar a lo que se describe en Apocalipsis 18.

Isaías 47:8-9: "Pero ahora, escucha esto, está bien, que vive despreocupado y dice en su corazón: 'Soy el único, y no hay nadie más que yo. No me convertiré en viuda, ni lo haré Mis hijos pierden a mis hijos. Ambas cosas vendrán sobre usted en un instante, en el mismo día: la pérdida de sus hijos y la viudez. Vendrán sobre usted en toda su plenitud, a pesar de sus muchas brujas y el gran número de sus encantamientos ". Este versículo se refiere a la ciudad de Babilonia como una figura simbólica de una mujer arrogante y autónoma que será castigada por sus males.

Isaías 48:20: "¡Sal de Babilonia! Flauta de los babilonios! ¡Anuncie esto con gritos de alegría, y proclamarlo. Envíelo a los confines de la tierra; digamos: 'El Señor rescató a su siervo Jacob!'" Este verso Es un llamado para que la gente salga de la ciudad de Babilonia antes de ser destruida.





“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina