Znaleziono 25 Wyniki dla: invitados

  • En cuanto entréis en la ciudad, buscadlo rápidamente, antes de que suba al alto para la comida. El pueblo no comienza a comer antes de que llegue él, porque es él quien tiene que bendecir el sacrificio; después de esto comerán los invitados. Por tanto, subid rápidamente, y lo encontraréis". (I Samuel 9, 13)

  • Samuel llevó consigo a Saúl y a su mozo, los introdujo en la sala y les dio el primer puesto entre los invitados, que eran treinta personas. (I Samuel 9, 22)

  • De Jerusalén habían ido con Absalón doscientos hombres invitados por él, que iban de buena fe, sin saber nada. (II Samuel 15, 11)

  • Adonías y los invitados oyeron el griterío cuando terminaban el banquete, y Joab dijo: "¿Qué significa ese vocerío de la ciudad?". (I Reyes 1, 41)

  • Todos los invitados de Adonías, consternados, se levantaron y se fueron cada uno por su lado. (I Reyes 1, 49)

  • El rey había ordenado a los mayordomos de palacio que no obligaran a beber a nadie y que fuesen condescendientes con los deseos de los invitados. (Ester 1, 8)

  • Pero el hombre no sabe que allí están las sombras de los muertos, y sus invitados en las profundidades del abismo. (Proverbios 9, 18)

  • ¿Te han elegido para presidir un banquete? No presumas de ello. Pórtate como uno más de los invitados. Cuida de ellos primero, y siéntate después. (Eclesiástico 32, 1)

  • Además, para honrar a hombres venidos de lejos, invitados por conducto de un mensajero, te lavaste, te pintaste los ojos, te adornaste con tus vestidos preciosos, (Ezequiel 23, 40)

  • Silencio ante el Señor Dios, porque su día está cercano; porque el Señor ha preparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados. (Sofonías 1, 7)

  • El rey se entristeció, pero por el juramento y por los invitados ordenó que se la dieran, (Mateo 14, 9)

  • Envió sus criados a llamar a los invitados a las bodas, y no quisieron venir. (Mateo 22, 3)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina