Znaleziono 27 Wyniki dla: quinientos

  • Era Noé de quinientos años cuando engendró a Sem, a Cam y a Jafet. (Génesis 5, 32)

  • Vivió Sem, después de engendrar a Arpaksad, quinientos años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 11, 11)

  • Toma tú aromas escogidos: de mirra pura, quinientos siclos; de cinamomo, la mitad, o sea, 250; de caña aromática, 250; (Exodo 30, 23)

  • de casia, quinientos, en siclos del Santuario, y un sextario de aceite de oliva. (Exodo 30, 24)

  • Reservarás para Yahveh, de la parte de los combatientes que fueron a la guerra, uno por cada quinientos, sean hombres, bueyes, asnos u ovejas. (Números 31, 28)

  • Algunos de los hijos de Simeón, en número de quinientos hombres, se fueron a la montaña de Seír; sus jefes eran Pelatías, Nearías, Refaías, Uzziel, hijos de Yisí: (I Crónicas 4, 42)

  • Konanías, Semaías y Natanael, su hermano, y Jasabías, Yeiel y Yozabad, jefes de los levitas, reservaron para los levitas 5.000 corderos pascuales y quinientos bueyes. (II Crónicas 35, 9)

  • En la ciudadela de Susa los judíos mataron y exterminaron a quinientos hombres (Ester 9, 6)

  • Dijo el rey a la reina Ester: «En la ciudadela de Susa han matado y exterminado los judíos a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán. ¿Qué habrán hecho en las restantes provincias del rey? ¿Qué deseas pedir ahora? Pues te será concedido. Se seguirá haciendo lo que tú desees.» (Ester 9, 12)

  • Las bestias estaban repartidas entre las falanges. Mil hombres, con cota de malla y casco de bronce en la cabeza, se alineaban al lado de cada elefante. Además, con cada bestia iban quinientos jinetes escogidos, (I Macabeos 6, 35)

  • Cayeron unos quinientos hombres del ejército de Nicanor y los demás huyeron a la Ciudad de David. (I Macabeos 7, 32)

  • O bien, pagad en compensación quinientos talentos de plata y otros quinientos talentos por los estragos que habéis causado y por los impuestos de las ciudades. De lo contrario iremos y os haremos la guerra.» (I Macabeos 15, 31)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina