Znaleziono 18 Wyniki dla: Ajimélec

  • David llegó a Nob, donde estaba el sacerdote Ajimélec. Este salió a su encuentro muy asustado y le dijo: "¿Por qué estás tú solo, sin nadie que te acompañe?". (I Samuel 21, 2)

  • David respondió al sacerdote Ajimélec: "El rey me dio un encargo y me dijo: ‘Que nadie sepa nada de la misión que te encomiendo ni de la orden que te di’. En cuanto a los demás muchachos, les he dado cita en tal lugar. (I Samuel 21, 3)

  • David dijo a Ajimélec: "¿No tienes a mano una lanza o una espada? Porque yo no he traído ni mi espada ni mis armas, debido a la urgencia de la misión encomendada por el rey". (I Samuel 21, 9)

  • Entonces intervino Doeg, el edomita, que estaba de pie junto a los servidores de Saúl, y dijo: "Yo vi al hijo de Jesé cuando llegó a Nob, a ver a Ajimélec, hijo de Ajitub. (I Samuel 22, 9)

  • Ajimélec consultó por él al Señor, le dio provisiones y le entregó la espada de Goliat, el filisteo". (I Samuel 22, 10)

  • El rey mandó llamar al sacerdote Ajimélec, hijo de Ajitub, y a toda su casa paterna, los sacerdotes de Nob. Todos ellos comparecieron ante el rey, (I Samuel 22, 11)

  • Ajimélec respondió al rey: "¿Hay entre todos tus servidores alguien tan de confianza como David? Él es yerno del rey, es jefe de tu guardia personal y todos lo honran en tu casa. (I Samuel 22, 14)

  • Pero el rey replicó: "¡Morirás sin remedio, Ajimélec, tú y toda tu casa paterna!". (I Samuel 22, 16)

  • Sólo pudo escapar un hijo de Ajimélec, hijo de Ajitub, llamado Abiatar, que huyó a reunirse con David (I Samuel 22, 20)

  • Abiatar, hijo de Ajimélec, que había ido a refugiarse junto a David, bajó a Queilá con el efod en la mano. (I Samuel 23, 6)

  • David preguntó a Ajimélec, el hitita, y a Abisai, hijo de Seruiá, y hermano de Joab: "¿Quién quiere bajar conmigo hasta el campamento de Saúl?". Abisai respondió: "Yo bajaré contigo". (I Samuel 26, 6)

  • y dijo al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélec: "Por favor, preséntame el efod". Abiatar presentó el efod a David, (I Samuel 30, 7)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina