Znaleziono 216 Wyniki dla: diciendo

  • diciendo: «Oyeme, señor, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Yavé. (1 Samuel 1, 26)

  • Helí bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que Yavé te conceda otros hijos de esta tu esposa a cambio del niño que ella ha ofrecido.» Y ellos regresaban a su casa. (1 Samuel 2, 20)

  • y corrió donde Helí diciendo: «Aquí estoy, pues me has llamado.» Pero Helí le contestó: «Yo no te he llamado; vuelve a acostarte.» El se fue y volvió a acostarse. (1 Samuel 3, 5)

  • Volvió a llamar Yavé: «Samuel.» Se levantó Samuel y se fue donde Helí diciendo: «Aquí estoy, pues me has llamado.» Otra vez Helí contestó: «No te he llamado; hijo mío, anda a acostarte.» (1 Samuel 3, 6)

  • Samuel tomó entonces una piedra y la puso entre Mizpá y Jesana y dio a aquel lugar el nombre de Ebena-Ezer, es decir, «piedra del socorro», diciendo: «Hasta aquí nos ha socorrido Yavé.» (1 Samuel 7, 12)

  • Entonces Samuel tomó la alcuza de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl y después lo besó diciendo: «Yavé es quien te ha ungido como jefe de Israel. Tú dirigirás al pueblo de Yavé y lo librarás de los enemigos que lo rodean. Y ésta será para ti la señal de que el mismo Yavé te ha ungido. (1 Samuel 10, 1)

  • Cuando estuvieron todos en presencia del rey, Ajimelec se presentó diciendo: «Aquí me tienes, señor.» (1 Samuel 22, 12)

  • Y desde allí llamó en voz alta a la gente de Saúl y a Abner, hijo de Ner, diciendo: «Abner, ¿no respondes?» (1 Samuel 26, 14)

  • y David consultó a Yavé, diciendo: «¿Perseguiré a esa banda? ¿La alcanzaré?» Yavé respondió: «Persíguela, porque de hecho la alcanzarás y librarás a los cautivos.» (1 Samuel 30, 8)

  • Su gente reunió todo el ganado, y lo pusieron delante de David, diciendo: «Este es el botín de David.» (1 Samuel 30, 20)

  • Llegó David a Siquelag y envió parte del botín a los jefes locales de Judá, parientes suyos, diciendo: «Reciban este presente de lo que hemos tomado de los enemigos de Yavé.» (1 Samuel 30, 26)

  • Joab se puso de rodillas con el rostro en tierra y bendijo al rey diciendo: «Ahora sé que me aprecias de veras, pues estás dispuesto a hacer lo que te pido.» (2 Samuel 14, 22)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina