Lucas, 8
32. Había allí una gran piara de cerdos paciendo en el monte, y le suplicaron que les permitiera entrar en ellos. Él se lo permitió.
32. Había allí una gran piara de cerdos paciendo en el monte, y le suplicaron que les permitiera entrar en ellos. Él se lo permitió.
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina