Isaías, 62
3. Serás una corona preciosa en manos del Señor, una diadema real en la palma de tu Dios.
3. Serás una corona preciosa en manos del Señor, una diadema real en la palma de tu Dios.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina