9. Pasadas todas las puertas, se encontró ante el rey. Estaba sentado en su trono, revestido de todos los ornamentos solemnes, resplandeciente de oro y pedrerías. Su aspecto era imponente.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina