Fondare 782 Risultati per: templo

  • Él me construirá un templo y yo consolidaré su trono para siempre. (II Samuel 7, 13)

  • Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó, cambió sus ropas, entró en el templo y adoró al Señor. Volvió a su casa, pidió que le sirviesen de comer y comió. (II Samuel 12, 20)

  • Clamé al Señor en mi angustia, hacia mi Dios alcé mi grito: y él escuchó mi voz desde su templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (II Samuel 22, 7)

  • Salomón emparentó con el Faraón, rey de Egipto, casándose con una hija suya. La llevó a la ciudad de David, hasta que acabase de edificar su palacio, el templo del Señor y las murallas en torno a Jerusalén. (I Reyes 3, 1)

  • Sin embargo, el pueblo sacrificaba en las colinas, pues para entonces aún no había sido edificado un templo al nombre del Señor. (I Reyes 3, 2)

  • He decidido construir un templo a su nombre, tal como el Señor ordenó a mi padre, David: El hijo tuyo, que yo pondré en tu lugar sobre tu trono, ése construirá el templo a mi nombre. (I Reyes 5, 19)

  • y las labraron los canteros de Salomón, los canteros de Jirán y los guiblios. Así prepararon el maderamen y las piedras para la fábrica del templo. (I Reyes 5, 32)

  • El año cuatrocientos ochenta de la salida de los israelitas de Egipto, el cuarto año de reinado de Salomón sobre Israel, en el segundo mes, el mes de ziv, Salomón comenzó a construir el templo del Señor. (I Reyes 6, 1)

  • El templo tenía treinta metros de largo, diez de ancho y quince de alto. (I Reyes 6, 2)

  • Hizo al templo ventanas con rejas, (I Reyes 6, 4)

  • y construyó, adosado al muro del templo, un anejo de tres pisos en torno a la nave central y a la cámara sagrada con departamentos. (I Reyes 6, 5)

  • La planta baja tenía dos metros y medio de ancha; el piso del medio, tres, y el tercero, tres y medio; había dispuesto en el muro exterior del templo, todo en derredor, una entalladura, para no tener que empotrar en los muros del edificio. (I Reyes 6, 6)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina