Fondare 18 Risultati per: tocaba

  • Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. (Génesis 28, 12)

  • bajaba de Yanojá a Atarot y a Naará y tocaba en Jericó para terminar en el Jordán. (Josué 16, 7)

  • su límite subía al occidente hacia Maraalá y tocaba en Dabbéset y luego en el torrente que hay frente a Yoqneam. (Josué 19, 11)

  • Su límite tocaba en el Tabor, en Sajasima y en Bet Semes, y el límite terminaba en el Jordán; dieciséis ciudades con su aldeas. (Josué 19, 22)

  • Alammélek, Amad, Misal; tocaba en el Carmelo por el oeste y en el curso del Libnat; (Josué 19, 26)

  • volvía luego hacia la salida del sol hasta Bet Dagón y tocaba por el norte en Zabulón y en el valle de Yiftaj El, y Bet Haemeq y Neiel, yendo a parar hacia Kabul por la izquierda con (Josué 19, 27)

  • Cuando el espíritu de Dios asaltaba a Saúl, tomaba David la cítara, la tocaba, Saúl, encontraba calma y bienestar y el espíritu malo se apartaba de él. (I Samuel 16, 23)

  • Al día siguiente se apoderó de Saúl un espíritu malo de Dios y deliraba en medio de la casa; David tocaba como otras veces. Tenía Saúl la lanza en la mano. (I Samuel 18, 10)

  • Se apoderó de Saúl un espíritu malo de Yahveh; estaba sentado en medio de la casa con su lanza en su mano y David tocaba. (I Samuel 19, 9)

  • Diole entonces el sacerdote panes consagrados, porque no había allí otro pan sino el pan de la presencia, el retirado de delante de Yahveh para colocar pan reciente el día que tocaba retirarlo. (I Samuel 21, 7)

  • Subió después todo el pueblo detrás de él; la gente tocaba las flautas y manifestaba tan gran alegría que la tierra se hendía con sus voces. (I Reyes 1, 40)

  • Colocó los querubines en medio del recinto interior; y las alas de los querubines estaban desplegadas; el ala de uno tocaba un muro y el ala del segundo querubín tocaba el otro muro, y sus alas se tocaban en medio del recinto, ala con ala. (I Reyes 6, 27)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina