Fondare 98 Risultati per: ninguna

  • Como sus dolores de ninguna forma se calmaban, pues había caído sobre él el justo juicio de Dios, desesperado de su estado, escribió a los judíos la carta copiada a continuación, en forma de súplica, con el siguiente contenido: (II Macabeos 9, 18)

  • Los habitantes de Joppe, por su parte, perpetraron la enorme impiedad que sigue: invitaron a los judíos que vivían con ellos, a subir con mujeres y niños a las embarcaciones que habían preparado, como si no guardaran contra ellos ninguna enemistad. (II Macabeos 12, 3)

  • Un tal Alcimo, que antes había sido sumo sacerdote, pero que se había contaminado voluntariamente en tiempo de la rebelión, pensando que de ninguna forma había para él salvación ni acceso posible al altar sagrado, (II Macabeos 14, 3)

  • no hicieron caso de mi consejo, ni admitieron de mí ninguna reprensión; (Proverbios 1, 30)

  • Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas, ninguna cosa apetecible se le puede igualar. (Proverbios 8, 11)

  • Ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos están llenos de miserias. (Proverbios 12, 21)

  • De cuanto me pedían mis ojos, nada les negué ni rehusé a mi corazón ninguna alegría; toda vez que mi corazón se solazaba de todas mis fatigas, y esto me compensaba de todas mis fatigas. (Eclesiastés 2, 10)

  • Hartémonos de vinos exquisitos y de perfumes, no se nos pase ninguna flor primaveral, (Sabiduría 2, 7)

  • se morían de miedo, y rehusaban mirar aquel aire que de ninguna manera podían evitar. (Sabiduría 17, 10)

  • Ninguna choca con otra, jamás desobedecen su palabra. (Eclesiástico 16, 28)

  • La belleza de la mujer recrea la mirada, y el hombre la desea más que ninguna cosa. (Eclesiástico 36, 22)

  • Sino que allí Yahveh será magnífico para con nosotros; como un lugar de ríos y amplios canales, por donde no ande ninguna embarcación de remos, ni navío de alto bordo lo atraviese. (Isaías 33, 21)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina