Fondare 177 Risultati per: muertos

  • Pues yo y mi pueblo hemos sido vendidos, para ser exterminados, muertos y aniquilados. Si hubiéramos sido vendidos para esclavos y esclavas, aún hubiera callado; mas ahora, el enemigo no podrá compensar al rey por tal pérdida.» (Ester 7, 4)

  • Aquel mismo día llevaron al rey la cifra de los que habían sido muertos en las ciudadela de Susa. (Ester 9, 11)

  • cuando su alma a la fosa se aproxima y su vida a la morada de los muertos. (Job 33, 22)

  • Sus crías lamen sangre; donde hay muertos, allí está. (Job 39, 30)

  • relegado entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tumba, aquellos de los que no te acuerdas más, que están arrancados de tu mano. (Salmos 88, 6)

  • ¿Acaso para los muertos haces maravillas, o las sombras se alzan a alabarte? (Salmos 88, 11)

  • Luego se vincularon a Baal Peor y comieron sacrificios de muertos. (Salmos 106, 28)

  • No alaban los muertos a Yahveh, ni ninguno de los que bajan al Silencio; (Salmos 115, 17)

  • los objetos que eran su gloria, llevados como botín, muertos en las plazas sus niños, y sus jóvenes por espada enemiga. (I Macabeos 2, 9)

  • todos nuestros hermanos que vivían en el país de Tubías han sido muertos, llevados cautivos sus mujeres, hijos y bienes, y han perecido allí unos mil hombres.» (I Macabeos 5, 13)

  • Salieron entonces de su emboscada y cayeron sobre ellos para matarlos. Muchos cayeron muertos y los demás huyeron a la montaña. Se hicieron con todos sus despojos. (I Macabeos 9, 40)

  • Los muertos por la espada y los abrasados por el fuego fueron unos 8.000 hombres. (I Macabeos 10, 85)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina