Fondare 559 Risultati per: muerte

  • Si se entregan a alguien como esclavos, pasan a ser sus esclavos y obedecen sus órdenes, ¿no es así? Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzarán una vida santa. (Carta a los Romanos 6, 16)

  • Pero con todas esas cosas de las que ahora se avergüenzan, ¿cuál ha sido el fruto? Al final está la muerte. (Carta a los Romanos 6, 21)

  • El pecado paga un salario y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Carta a los Romanos 6, 23)

  • Cuando no éramos más que «carne», la Ley estimulaba las pasiones propias del pecado, que actuaban en nuestro cuerpo produciendo frutos de muerte. (Carta a los Romanos 7, 5)

  • y yo morí. Así, pues, el precepto que había sido dado para la vida me trajo la muerte. (Carta a los Romanos 7, 10)

  • El pecado se aprovechó del precepto y me engañó, para que después el precepto me causara la muerte. (Carta a los Romanos 7, 11)

  • ¿Será posible que algo bueno produzca en mí la muerte? En absoluto. Esto viene del pecado, y se ve mejor lo que es el pecado cuando se vale de algo bueno para producir en mí la muerte. Gracias al precepto, el pecado deja ver toda la maldad que lleva en sí. (Carta a los Romanos 7, 13)

  • ¡Infeliz de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, o de esta muerte? (Carta a los Romanos 7, 24)

  • En Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. (Carta a los Romanos 8, 2)

  • Pero no hay sino muerte en lo que ansía la carne, mientras que el espíritu anhela vida y paz. (Carta a los Romanos 8, 6)

  • Pero Cristo está en ustedes, y aunque el cuerpo lleve en sí la muerte a consecuencia del pecado, el espíritu es vida por haber sido santificado. (Carta a los Romanos 8, 10)

  • Si viven según la carne, necesariamente morirán; más bien den muerte a las obras del cuerpo mediante el espíritu, y vivirán. (Carta a los Romanos 8, 13)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina