Fondare 23 Risultati per: aflicción

  • Lía quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, porque decía: «En verdad Yavé ha visto mi aflicción; ahora mi esposo me amará.» (Génesis 29, 32)

  • Al segundo lo llamó Efraím, (que significa: «He fructificado»), pues se dijo: «Dios me ha hecho fecundo en el país de mi aflicción.» (Génesis 41, 52)

  • y ellos comentaban entre sí: «Verdaderamente estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano, pues a pesar de ver su aflicción y de oír sus súplicas, no le hicimos caso. Por eso ahora ha venido sobre nosotros esta desgracia.» (Génesis 42, 21)

  • Yo no podría regresar a la casa de mi padre sin el joven; no quiero ver la aflicción de mi padre.» (Génesis 44, 34)

  • y le hizo el siguiente voto: «¡Oh Yavé de los Ejércitos! Si es que te dignas mirar la aflicción de tu esclava, te acuerdas de mí y no me olvidas, dame un hijo varón. Yo te lo entregaré por todos los días de su vida y la navaja no pasará por su cabeza.» (1 Samuel 1, 11)

  • «Mañana, a esta misma hora, te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como jefe de mi pueblo, Israel, y él lo librará de la mano de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha llegado a mí.» (1 Samuel 9, 16)

  • Jabés invocó al Dios de Israel, exclamando: «Si de verdad me bendices, se ensancharán mis términos, tu mano estará conmigo y alejarás el mal para que no padezca aflicción.» Y le concedió Dios lo que pedía. (1 Crónicas 4, 10)

  • Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor cerca del mar Rojo. (Nehemías 9, 9)

  • «Si se pudiese pesar mi aflicción y poner mis males sobre una balanza, (Job 6, 2)

  • Si soy culpable, ¡desgraciado de mí!, y si soy inocente, no me animo a levantar la cabeza; estoy saciado de vergüenza, embriagado de aflicción. (Job 10, 15)

  • Mis entrañas se agitan sin descanso, porque me vinieron al encuentro días de aflicción. (Job 30, 27)

  • entonces se ven cargados de cadenas amarrados con cuerdas de aflicción. (Job 36, 8)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina