Génesis, 41
44. Dijo el Faraón a José: "Yo soy el Faraón, pero sin tu permiso nadie levantará la mano ni el dedo meñique en todo Egipto".
44. Dijo el Faraón a José: "Yo soy el Faraón, pero sin tu permiso nadie levantará la mano ni el dedo meñique en todo Egipto".
Génesis 41 describe cómo Joseph interpretó los sueños de Faraón, quien predijo siete años de abundancia seguido de siete años de hambre, y cómo fue elevado a la posición de gobernador de Egipto para manejar el almacenamiento de alimentos durante los años de abundancia para prepararse para prepararse para los años del hambre. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas del capítulo:
Isaías 41:10: "No tengas miedo, porque estoy contigo; no me persigue, porque yo soy tu Dios; te fortalezco y te ayudo, y te apoyo con mi fiel mano derecha". Joseph fue sacado del fondo de la prisión para convertirse en gobernador de Egipto, algo que solo podría haber sucedido a través de la intervención divina. Este versículo muestra cómo Dios es fiel y nos sostiene durante los tiempos difíciles.
Salmo 105:16-17: "Causó hambre a toda la tierra y le cortó el sustento. Envió a un hombre delante de ellos; fue vendido como esclavo, Joseph". Dios usó la vida de José para salvar a todas las personas de Egipto y la región durante el hambre previsto en los sueños de Faraón. Este versículo demuestra cómo Dios puede usar circunstancias difíciles para cumplir con sus propósitos.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no agites en tu propio entendimiento. Lo reconoce en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Joseph confió a Dios y fue elevado a la posición de gobernador de Egipto. Este versículo nos enseña a confiar en Dios y permitirle guiar nuestros caminos.
Juan 15:5: "Yo soy la vid, eres los palos; que están en mí, y yo en él, él da mucho fruto; porque sin mí puedes hacerlo". Joseph fue utilizado por Dios para producir una gran fruta al salvar a Egipto y la región del hambre. Este versículo nos recuerda que sin la presencia de Dios en nuestras vidas no podemos hacer nada.
Salmo 46:1: "Dios es nuestro refugio y fortaleza, una buena ayuda en la angustia". Joseph enfrentó muchas dificultades en su vida, pero siempre encontró fuerza y refugio en Dios. Este versículo nos recuerda que Dios siempre está presente y está dispuesto a ayudarnos en nuestros momentos de necesidad.
“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina