3. Los babilonios tenían un ídolo llamado Bel, en cuyo honor gastaban diariamente más de seis hectólitros de flor de harina, cuarenta ovejas y más de dos hectólitros de vino.





“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina