11. El día que estabas frente a él, cuando los extranjeros llevaban prisionero a su ejército y los extranjeros entraban por sus puertas y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina