Números, 22
24. El Ángel del Señor se paró entonces en un sendero angosto, que pasaba por los viñedos y estaba rodeado de los dos lados por un cerco.
24. El Ángel del Señor se paró entonces en un sendero angosto, que pasaba por los viñedos y estaba rodeado de los dos lados por un cerco.
“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina