35. En lo que respecta a nuestros otros derechos -los diezmos, los impuestos que nos corresponden de las salinas, y las coronas de oro- a partir de ahora, los declaramos exentos de toda obligación.





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina