2. A raíz de esto, se produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por fin, se decidió que ambos, junto con algunos otros, subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los Apóstoles y los presbíteros.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina