Habacuc, 3
15. Con tus caballos has surcado el mar, entre el bullir de las aguas caudalosas.
15. Con tus caballos has surcado el mar, entre el bullir de las aguas caudalosas.
El capítulo 3 de Habacuc es una oración del Profeta, en la que expresa su confianza en Dios, incluso frente a las dificultades y adversidades que enfrentaba el pueblo de Judá. Reconoce la grandeza y el poder de Dios y le pide que intervenga para salvar a su pueblo. A continuación hay cinco versos de otros libros bíblicos que se relacionan con los temas cubiertos en Habacuc 3:
Salmo 18:2: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi liberador; mi Dios es mi roca, en quien me refugio. Él es mi escudo y el poder que me salva, mi torre". Este versículo habla de confianza en Dios como protector y salvador, al igual que Habacuc expresó en su oración.
Salmo 46:1: "Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, ayuda siempre presente en la adversidad". Este versículo refuerza la idea de que Dios es un refugio seguro y constante para aquellos que confían en él, incluso cuando enfrentan dificultades.
Isaías 40:28: "¿No sabes, nunca escuchas? El Señor es el Dios eterno, el creador de toda la tierra. No está cansado ni agotado; su sabiduría es insondable". Este versículo destaca la grandeza y el poder de Dios, temas centrales de la oración de Habacuc.
Salmo 144:5: "Bájate, Señor, de los cielos; toca las colinas, para que puedan fumar". Este versículo solicita a Dios que intervenga en la tierra, justo cuando Habacuc le pide que salve a su pueblo.
Isaías 35:4: "Diga el corazón desanimado: '¡Sé fuerte, no tengas miedo! Vea a tu Dios: Vengue, viene la retribución divina; viene a salvarlos'. Experimentando dificultades, así como Habacuc busca alentar a la gente de Judá en su oración.
“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina