12. Porque ¿quién sabe lo que es bueno para el hombre en la vida, durante los contados días de su vida fugaz, que él pasa como una sombra? ¿Quién puede, en efecto, indicar al hombre lo que habrá después de él bajo el sol?





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina