Talált 30 Eredmények: entregaron

  • Y entregaron al exterminio todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, incluso los bueyes, ovejas y asnos, pasándolos a filo de espada. (Josué 6, 21)

  • Después Judá fue con Simeón, su hermano, y derrotaron a los cananeos que vivían en Sefat, y entregaron al exterminio la ciudad. Por eso aquella ciudad se llamó Jormá. (Jueces 1, 17)

  • Les entregaron el novillo que eligieron, lo prepararon y se pusieron a invocar el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "¡Oh, Baal, respóndenos!". Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía. Y ellos continuaban danzando en torno al altar que habían hecho. (I Reyes 18, 26)

  • Pasaron a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron adivinaciones y encantamientos y se entregaron a hacer todo lo que es malo a los ojos del Señor, provocando así su indignación. (II Reyes 17, 17)

  • Todos los que poseían piedras preciosas se las entregaron a Yejiel, el guersonita, para el tesoro del templo del Señor. (I Crónicas 29, 8)

  • El rey y Yehodayá lo entregaron a los capataces de los trabajos del templo, los cuales contrataron a salario canteros, carpinteros y expertos artífices en hierro y bronce para renovar y consolidar el templo del Señor. (II Crónicas 24, 12)

  • Luchó contra el rey de los amonitas y lo venció. Los amonitas le entregaron aquel años tres mil cuatrocientos kilos de plata, cuatro mil quinientas toneladas de trigo y otras tantas de cebada. La misma entrega se repitió un segundo y tercer año. (II Crónicas 27, 5)

  • Tan pronto como se hizo pública la orden, los israelitas entregaron con gran generosidad las primicias del trigo, del mosto, del aceite, de la miel y de todos los productos del campo, y la décima parte de todos sus productos. (II Crónicas 31, 5)

  • Los de Israel y los de Judá, que vivían en otras ciudades de Judá, entregaron también la décima parte del ganado mayor y menor y de las cosas santas consagradas al Señor, su Dios: lo entregaron y lo distribuyeron por montones. (II Crónicas 31, 6)

  • Se presentaron al sumo sacerdote Jelcías, y le entregaron el dinero que había llegado al templo de Dios y el que los levitas porteros habían reunido; todo ello procedía de Manasés, de Efraín, de todo el resto de Israel, de Judá, de Benjamín y de los habitantes de Jerusalén. (II Crónicas 34, 9)

  • Con arreglo a sus posibilidades, entregaron al tesoro de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales. (Esdras 2, 69)

  • Y se entregaron los decretos del rey a los sátrapas reales y a los gobernadores de Transeufratina, los cuales ayudaron al pueblo y al templo de Dios. (Esdras 8, 36)


Jesus lhe quer bem, da maneira que só Ele sabe amar.” São Padre Pio de Pietrelcina