Talált 29 Eredmények: Patria

  • El Señor dijo a Abrán: "Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, y vete al país que yo te indicaré. (Génesis 12, 1)

  • Yo soy el Dios de Betel, en donde tú ungiste aquella estela y donde hiciste la promesa. Ahora levántate, sal de esta tierra y vuelve a tu patria". (Génesis 31, 13)

  • Jefté fue juez de Israel durante seis años; murió y fue sepultado en Mispá de Galaad, su patria. (Jueces 12, 7)

  • Noemí salió de Moab con sus dos nueras para volver a su patria, pues había oído que el Señor se preocupaba de su pueblo, dándole pan. (Rut 1, 6)

  • Booz le respondió: "Me han contado lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu marido: que has dejado a tu padre, a tu madre, a tu patria, para venir a un pueblo desconocido para ti. (Rut 2, 11)

  • Todo se lo llevó a su patria después de haber derramado mucha sangre y haber hablado con insolencia y con orgullo. (I Macabeos 1, 24)

  • Pero ahora yo soy viejo, mientras vosotros, gracias al altísimo, estáis en la plenitud de la vida. Ocupad mi puesto y el de mis hermanos; luchad por vuestra patria, y que la ayuda del cielo esté con vosotros". (I Macabeos 16, 3)

  • El tal Simón, delatador de los tesoros y traidor a la patria, calumniaba a Onías, como si hubiera sido el instigador contra Heliodoro y causa de sus males. (II Macabeos 4, 1)

  • Su fin fue desgraciado. Aretas, rey de los árabes, lo mandó encarcelar y, huyendo de ciudad en ciudad, perseguido y aborrecido por todos como transgresor de las leyes, execrado como verdugo de la patria, fue confinado en Egipto. (II Macabeos 5, 8)

  • Y el que a muchos había obligado a salir de la patria, pereció en tierra extranjera, entre los lacedemonios, en quienes pensaba encontrar protección en gracia de los lazos de familia. (II Macabeos 5, 9)

  • No fue esto sólo. El rey tuvo la osadía de entrar en el templo más santo de la tierra, guiado por Menelao, traidor a su patria y a sus leyes. (II Macabeos 5, 15)

  • Él contestó en lengua patria: "No". Por esto se le dio el mismo tormento que al primero. (II Macabeos 7, 8)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina