Talált 17 Eredmények: ramaje

  • Absalón se topó con los veteranos de David. Iba Absalón montado en un mulo y el mulo se metió bajo el ramaje de una gran encina. La cabeza de Absalón se trabó y quedó en la encina colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió adelante. (II Samuel 18, 9)

  • en cuanto siente el agua, reflorece y echa ramaje como una planta joven. (Job 14, 9)

  • Por abajo se secan sus raíces, por arriba se amustia su ramaje. (Job 18, 16)

  • Mi raíz está franca a las aguas, el rocío se posa de noche en mi ramaje. (Job 29, 19)

  • Aunque despliegue por su tiempo su ramaje, precariamente arraigada, será sacudida por el viento, arrancada de raíz por la furia del vendaval; (Sabiduría 4, 4)

  • He aquí que el Señor Yahveh Sebaot sacude el ramaje con estrépito; las guías más altas están partidas y las elevadas van a caer. (Isaías 10, 33)

  • Cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas: vienen mujeres y le prenden fuego. Por no ser éste un pueblo inteligente, por eso no le tiene piedad su Hacedor, su Plasmador no le otorga gracia. (Isaías 27, 11)

  • En campo fértil, junto a una corriente de agua abundante, estaba plantada, para echar ramaje y dar fruto, para hacerse una vid magnífica. (Ezequiel 17, 8)

  • en la alta montaña de Israel lo plantaré. Echará ramaje y producirá fruto, y se hará un cedro magnífico. Debajo de él habitarán toda clase de pájaros, toda clase de aves morarán a la sombra de sus ramas. (Ezequiel 17, 23)

  • Tenía ramas fuertes para ser cetros reales; su talla se elevó hasta dentro de las nubes. Era imponente por su altura, por su abundancia de ramaje. (Ezequiel 19, 11)

  • Mira: a un cedro del Líbano de espléndido ramaje, de fronda de amplia sombra y de elevada talla. Entre las nubes despuntaba su copa. (Ezequiel 31, 3)

  • Por eso su tronco superaba en altura a todos los árboles del campo, sus ramas se multiplicaban, se alargaba su ramaje, por la abundancia de agua que le hacía crecer. (Ezequiel 31, 5)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina