Talált 19 Eredmények: infortunio

  • No he divisado maldad en Jacob, ni he descubierto infortunio en Israel. Yahveh su Dios está con él, y en él se oye proclamar a un rey. (Números 23, 21)

  • Dejarás tu infortunio en el olvido como agua pasada lo recordarás. (Job 11, 16)

  • «¡Al infortunio, el desprecio! - opinan los dichosos -; ¡un golpe más a quien vacila!» (Job 12, 5)

  • ¿Del infortunio de mi enemigo me alegré, me gocé de que el mal le alcanzara? (Job 31, 29)

  • Vinieron, pues, donde él todos sus hermanos y todas sus hermanas, así como todos sus conocidos de antaño; y mientras celebraban con él un banquete en su casa, le compadecieron y le consolaron por todo el infortunio que Yahveh había traído sobre él. Y cada uno de ellos le hizo el obsequio de un agno de plata y de un anillo de oro. (Job 42, 11)

  • Tenme piedad, oh Dios, tenme piedad, que en ti se cobija mi alma; a la sombra de tus alas me cobijo hasta que pase el infortunio. (Salmos 57, 2)

  • tú que das a los reyes la victoria, que salvas a David tu servidor. De espada de infortunio (Salmos 144, 10)

  • Así pues, aquel asesino y blasfemo, sufriendo los peores padecimientos, como los había hecho padecer a otros, terminó la vida en tierra extranjera, entre montañas, en el más lamentable infortunio. (II Macabeos 9, 28)

  • No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la casa de tu hermano el día de tu infortunio. Mejor es vecino próximo que hermano alejado. (Proverbios 27, 10)

  • Porque, además, el hombre ignora su momento: como peces apresados en la red, como pájaros presos en el cepo, así son tratados los humanos por el infortunio cuando les cae encima de improviso. (Eclesiastés 9, 12)

  • Como el viento solano los esparciré delante del enemigo. La espalda, que no la cara, les mostraré el día de su infortunio. (Jeremías 18, 17)

  • Asimismo sus mercenarios que había en ella eran como novillos de engorde. Pues también ellos volvieron la cara, huyeron a una, sin pararse, cuando el día de su infortunio les sobrevino, el tiempo de su castigo. (Jeremías 46, 21)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina