Talált 14 Eredmények: convirtieron
Moisés y Aarón hicieron lo que Yahveh les había mandado: alzó el cayado y golpeó las aguas que hay en el Rió en presencia de Faraón y de sus servidores, y todas las aguas del Rió se convirtieron en sangre. (Exodo 7, 20)
Derribaron el altar de Baal, demolieron el templo de Baal, y lo convirtieron en cloaca hasta el día de hoy. (II Reyes 10, 27)
Mientras vivían en su reino, entre los grandes bienes que tú les regalabas, y en la espaciosa y generosa tierra que tú les habías preparado, no te sirvieron ellos ni se convirtieron de sus malas acciones. (Nehemías 9, 35)
Ahí tienes la tierra de los caldeos; no eran un pueblo; Asur la fundó para las bestias del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron sus alcázares, la convirtieron en ruinas. (Isaías 23, 13)
La convirtieron en desolación lamentable, en inculta para mí. Totalmente desolado está todo el país porque no hay allí nadie que lo sienta. (Jeremías 12, 11)
Vio Dios lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta, y se arrepintió Dios del mal que había determinado hacerles, y no lo hizo. (Jonás 3, 10)
Sino que los dispersé entre todas las naciones que no conocían, y la tierra quedó devastada detrás de ellos: ya nadie iba ni venía. Y así convirtieron una tierra de delicias en desolación.» (Zacarías 7, 14)
Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. (Mateo 12, 41)
Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. (Lucas 11, 32)
Todos los habitantes de Lida y Sarón le vieron, y se convirtieron al Señor. (Hechos 9, 35)
Temo que en mi próxima visita el Señor me humille por causa vuestra y tenga que llorar por muchos que anteriormente pecaron y no se convirtieron de sus actos de impureza, fornicación y libertinaje. (II Corintios 12, 21)
Pero los demás hombres, los no exterminados por estas plagas, no se convirtieron de las obras de sus manos; no dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver ni oír ni caminar. (Apocalipsis 9, 20)