Talált 139 Eredmények: algo

  • Díjole Labán: «¡Si en algo me estimas!... Yo estaba bajo un maleficio, pero Yahveh me ha bendecido gracias a ti.» (Génesis 30, 27)

  • bien poca cosa tenías antes de venir yo, pero ya se ha multiplicado muchísimo, y Yahveh te ha bendecido a mi llegada. Pues bien: ¿cuándo voy a hacer yo también algo por mi casa?» (Génesis 30, 30)

  • Y aquel mismo día apartó los machos cabríos listados y manchados, todo lo que tenía en sí algo de blanco, así como todo lo negro entre las ovejas, y lo confió a sus hijos, (Génesis 30, 35)

  • Así pues, en cuanto acabaron de consumir el grano traído de Egipto, les dijo su padre: «Volved y compradnos algo de comer.» (Génesis 43, 2)

  • Nuestro padre dijo: "Volved y compradnos algo de comer." (Génesis 44, 25)

  • No habrá levadura en vuestras casas por espacio de siete días; todo aquel que coma algo fermentado, sea forastero o natural del país, será exterminado de la comunidad de Israel. (Exodo 12, 19)

  • Pero no obedecieron a Moisés, y algunos guardaron algo para el día siguiente; pero se llenó de gusanos y se pudrió; y Moisés se irritó contra ellos. (Exodo 16, 20)

  • Si a la mañana siguiente sobra algo de la carne o del pan de la investidura, quemarás este resto; no ha de comerse, porque es cosa sagrada. (Exodo 29, 34)

  • Todos los israelitas, hombres y mujeres, cuyo corazón les había impulsado a llevar algo para cualquiera de los trabajos que Yahveh, por medio de Moisés, les había encomendado, presentaron sus ofrendas voluntarias a Yahveh. (Exodo 35, 29)

  • Si uno cualquiera del pueblo de la tierra peca por inadvertencia haciendo algo prohibido por los mandamientos de Yahveh, haciéndose así culpable; (Levítico 4, 27)

  • Si alguien peca sin darse cuenta, haciendo algo prohibido por los mandamientos de Yahveh, se hace culpable y cargará con su iniquidad. (Levítico 5, 17)

  • Si uno peca y comete una prevaricación contra Yahveh engañando a su prójimo acerca de un depósito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o bien oprimiendo a su prójimo violentamente, (Levítico 5, 21)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina