Talált 11 Eredmények: alargó

  • Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. (Génesis 22, 10)

  • Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera derecha y se lo hundió en el vientre. (Jueces 3, 21)

  • Encontró una quijada de asno todavía fresca, alargó la mano, la cogió y mató con ella a mil hombres. (Jueces 15, 15)

  • Jonatán no había oído la imprecación que su padre había pronunciado sobre el pueblo y alargó la punta de la vara que tenía en la mano, la metió en el panal y después llevó la mano a su boca y le brillaron los ojos. (I Samuel 14, 27)

  • Si callo, esperarán; si hablo, prestarán atención; si me alargo hablando, pondrán la mano en su boca. (Sabiduría 8, 12)

  • Entonces alargó Yahveh su mano y tocó mi boca. Y me dijo Yahveh: Mira que he puesto mis palabras en tu boca. (Jeremías 1, 9)

  • Alargó una especie de mano y me agarró por un mechón de mi cabeza; el espíritu me elevó entre el cielo y la tierra y me llevó a Jerusalén, en visiones divinas, a la entrada del pórtico interior que mira al norte, allí donde se alza el ídolo de los celos, que provoca los celos. (Ezequiel 8, 3)

  • el querubín alargó su mano de entre los querubines hacia el fuego que había en medio de los querubines, lo tomó y lo puso en las manos del hombre vestido de lino. Este lo tomó y salió. (Ezequiel 10, 7)

  • Y brotó y se hizo una vid desbordante, de pequeña talla, que volvió sus ramas hacia el águila, mientras sus raíces estaban bajo ella. Se hizo una vid, echó cepas y alargó sarmientos. (Ezequiel 17, 6)

  • Había otra águila grande, de grandes alas, de abundante plumaje, y he aquí que esta vid tendió sus raíces hacia ella, hacia ella alargó sus ramas, para que la regase desde el terreno donde estaba plantada. (Ezequiel 17, 7)

  • El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan, Pablo, que debía marchar al día siguiente, conversaba con ellos y alargó la charla hasta la media noche. (Hechos 20, 7)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina