Talált 227 Eredmények: territorio

  • Porque si te niegas a dejarlo partir, haré que tu territorio quede totalmente plagado de ranas. (Exodo 7, 27)

  • Luego el Señor dijo a Moisés: "Da esta orden a Aarón: ‘Extiende tu mano y tu bastón sobre los ríos, los canales y los pantanos, para que las ranas invadan el territorio de Egipto’". (Exodo 8, 1)

  • Pero los magos de Egipto, valiéndose de sus artes secretas, hicieron otro tanto y atrajeron una invasión de ranas sobre el territorio de Egipto. (Exodo 8, 3)

  • Así lo hizo el Señor, y una gran cantidad de tábanos se precipitó sobre el palacio del Faraón y sobre las casas de sus servidores; y todo el territorio de Egipto fue devastado por los tábanos. (Exodo 8, 20)

  • Ese hollín se convertirá en un polvo que se expandirá por todo el territorio de Egipto y producirá úlceras purulentas en los hombres y en los animales". (Exodo 9, 9)

  • Entonces el Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, y que caiga el granizo sobre la gente, los animales y la vegetación que crece en los campos, en todo el territorio de Egipto". (Exodo 9, 22)

  • El granizo mató a todos los hombres y animales que se encontraban al aire libre en el territorio de Egipto, arrasó toda la vegetación de los campos y destrozó todos los árboles. (Exodo 9, 25)

  • El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el territorio de Egipto, para que las langostas invadan el país y devoren toda la vegetación que dejó el granizo". (Exodo 10, 12)

  • Moisés extendió su bastón sobre el territorio de Egipto, y el Señor envió sobre el país el viento del este, que sopló todo aquel día y toda la noche. Cuando llegó la mañana, el viento ya había traído las langostas. (Exodo 10, 13)

  • Las langostas invadieron todo el país y se abatieron sobre el territorio de Egipto en una cantidad tal, que nunca se había visto una invasión semejante, y nunca más volvería a verse. (Exodo 10, 14)

  • Cubrieron la superficie de todo el país, de manera que este quedó a oscuras; devoraron toda la vegetación y todos los frutos de los árboles que se habían salvado del granizo; y en todo el territorio de Egipto no quedó ni siquiera una brizna de verdor en los árboles y en las plantas del campo. (Exodo 10, 15)

  • Entonces el Señor cambió la dirección del viento, que comenzó a soplar desde el oeste. Y lo hizo con tanta fuerza, que barrió con las langostas y las precipitó en el Mar Rojo. Así no quedó ni una sola langosta en el territorio de Egipto. (Exodo 10, 19)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina