Talált 15 Eredmények: secuaces

  • Luego dijo a Coré y a todos sus secuaces: "Mañana, el Señor pondrá de manifiesto quién es el que le pertenece y quién está consagrado; y permitirá que se le acerque el que ha sido elegido por él. (Números 16, 5)

  • Por eso, hagan lo siguiente: tú, Coré, y todos tus secuaces, tomen unos incensarios, (Números 16, 6)

  • En realidad, tú y tus secuaces se han confabulado contra el Señor. Porque ¿quién es Aarón para que ustedes protesten contra él?". (Números 16, 11)

  • Entonces Moisés dijo a Coré: "Tú y tus secuaces comparecerán mañana delante del Señor, y también comparecerá Aarón. (Números 16, 16)

  • Estas debían recordar a los israelitas que ningún extraño -alguien que no fuera descendiente de Aarón- podía atreverse a ofrecer incienso delante del Señor, a fin de no correr la misma suerte que Coré y sus secuaces, según lo había predicho el Señor por medio de Moisés. (Números 17, 5)

  • Los hijos de Eliab fueron Nemuel, Datán y Abirón. Datán y Abirón -representantes de la comunidad- son los mismos que se amotinaron contra Moisés y Aarón, junto con los secuaces de Coré, cuando se produjo el amotinamiento contra el Señor. (Números 26, 9)

  • y la manera como trató a Datán y a Abirón, los hijos de Eliab, el rubenita, cuando la tierra abrió sus fauces y los devoró junto con sus familias, sus carpas, y todos sus secuaces, en medio de todo Israel. (Deuteronomio 11, 6)

  • Además, Absalón hizo venir de Guiló, su ciudad, a Ajitófel, el guilonita, consejero de David, y este lo acompañó mientras ofrecía los sacrificios. La conjuración fue tomando fuerza, y los secuaces de Absalón eran cada vez más numerosos. (II Samuel 15, 12)

  • Seguro que ahora está escondido en una quebrada o en cualquier otra parte. Y si al comienzo caen algunos de los nuestros, el que se entere dirá: ‘Ha habido un desastre entre los secuaces de Absalón’. (II Samuel 17, 9)

  • Porque Atalía, la impiedad en persona, y sus secuaces han dejado deteriorar la Casa de Dios, y han destinado al culto de los Baales las ofrendas consagradas a la Casa del Señor". (II Crónicas 24, 7)

  • Dios no reprime su furor: los secuaces de Rahab yacen postrados a sus pies. (Job 9, 13)

  • pero se abrió la tierra y devoró a Datán, se cerró sobre Abirón y sus secuaces: (Salmos 106, 17)


“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina