Talált 85 Eredmények: quieres

  • diciendo: "Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. (Génesis 18, 3)

  • Después que lo sacaron, uno de ellos dijo: "Huye, si quieres salvar la vida. No mires hacia atrás, ni te detengas en ningún lugar de la región baja. Escapa a las montañas, para no ser aniquilado". (Génesis 19, 17)

  • Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron: "¿Quieres irte con este hombre?". "Sí", respondió ella. (Génesis 24, 58)

  • Pero Lía respondió: "¿No te basta con haberme quitado a mi marido, que ahora quieres arrebatarme también las mandrágoras de mi hijo?". "Está bien, respondió Raquel, que esta noche duerma contigo, a cambio de las mandrágoras de tu hijo". (Génesis 30, 15)

  • Pero Labán le respondió: "Si quieres hacerme un favor, quédate conmigo. Yo he llegado a saber, por medio de la adivinación, que el Señor me bendijo gracias a ti. (Génesis 30, 27)

  • "No, le dijo Jacob; si quieres hacerme un favor, acepta el regalo que te ofrezco, porque ver tu rostro ha sido lo mismo que ver el rostro de Dios, ya que me has recibido tan afectuosamente. (Génesis 33, 10)

  • Entonces la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: "¿Quieres que vaya a buscarte entre las hebreas una nodriza para que te lo críe?". (Exodo 2, 7)

  • ¿Por qué tendrán que decir los egipcios: ‘Él los sacó con la perversa intención de hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra’?. Deja de lado tu indignación y arrepiéntete del mal que quieres infligir a tu pueblo. (Exodo 32, 12)

  • ¿No te basta con habernos sacado de una tierra que mana leche y miel, para hacernos morir en el desierto, que todavía quieres dominarnos? (Números 16, 13)

  • y entre ellos ves una mujer hermosa que te resulta atrayente, y por eso la quieres tomar por esposa, (Deuteronomio 21, 11)

  • Cuando ella llegó a la casa de su esposo, este le sugirió que pidiera un campo a su padre. Ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?". (Josué 15, 18)

  • Cuando ella llegó a la casa de su esposo, este le sugirió que pidiera un campo a su padre. Ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?". (Jueces 1, 14)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina