Talált 756 Eredmények: nombre

  • para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, (Filipenses 2, 10)

  • Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre. (Colosenses 3, 17)

  • Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús. (I Tesalonicenses 4, 2)

  • Les rogamos, hermanos, que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, es decir, con aquellos que los presiden en nombre del Señor y los aconsejan. (I Tesalonicenses 5, 12)

  • Les recomiendo en nombre del Señor que hagan leer esta carta a todos los hermanos. (I Tesalonicenses 5, 27)

  • Así el nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. (II Tesalonicenses 1, 12)

  • el Adversario, el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el Templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. (II Tesalonicenses 2, 4)

  • Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. (II Tesalonicenses 3, 6)

  • Que los esclavos consideren a sus dueños dignos de todo respeto, para que el nombre de Dios y su doctrina no sean objeto de blasfemia. (I Timoteo 6, 1)

  • Pero el sólido fundamento que Dios ha establecido permanece inconmovible, y la inscripción que le sirve de sello dice: El Señor conoce a los suyos, y: El que invoca el nombre del Señor, que se aparte de la iniquidad. (II Timoteo 2, 19)

  • Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: (II Timoteo 4, 1)

  • prefiero suplicarte en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y ahora prisionero a causa de Cristo Jesús, (Filemon 1, 9)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina