Talált 30 Eredmények: llegaba

  • También fabricó para el altar un enrejado de bronce en forma de red, y lo puso debajo de la parte saliente del altar, de manera que llegaba, desde abajo, hasta la mitad del altar. (Exodo 38, 4)

  • Cuando el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Négueb, supo que Israel llegaba por el camino de Atarím, lo atacó y se llevó algunos prisioneros. (Números 21, 1)

  • finalmente pasaba por Asmón y llegaba al Torrente de Egipto, para ir a terminar en el mar. Este será para ustedes el límite meridional. (Josué 15, 4)

  • luego subía hasta Bet Joglá, pasaba al norte de Be Ha Arabá y llegaba hasta la Piedra de Boján, el rubenita. (Josué 15, 6)

  • Después ascendía del valle de Acor a Debir, y daba vuelta hacia Guilgal, que está frente a la subida de Adumím al sur del Torrente. La frontera pasaba inmediatamente junto a las aguas de En Semes, llegaba a En Roguel, (Josué 15, 7)

  • Desde Baalá, la frontera giraba hacia el oeste, hacia el monte Seir, y pasando por el flanco septentrional del monte Iearím -o sea, Quesalóm- bajaba hasta Bet Semes y llegaba hasta Timná. (Josué 15, 10)

  • y llegaba hasta el mar. Al norte estaba Micmetat, y al este, el límite doblaba hacia Taanat Silo, pasando al este de Ianóaj. (Josué 16, 6)

  • Desde allí doblaba hacia el norte y llegaba a En Semes; luego se dirigía hacia Guelilot, que está frente a la subida de Adumím, y bajaba en el Peñasco de Boján, el rubenita. (Josué 18, 17)

  • después subía al oeste, hacia Maaralá, y llegaba hasta Dabéset y hasta el torrente que está frente a Iocneám. (Josué 19, 11)

  • Partiendo nuevamente de Sarid, el límite iba al este, hacia el levante, hasta llegar a Quislot Tabor; luego llegaba a Daberat y subía a Iafia. (Josué 19, 12)

  • Desde allí, yendo hacia el este, pasaba a Guita Jéfer, y a Itá Casín; después llegaba a Rimón y doblaba hacia Neá. (Josué 19, 13)

  • Hacia el oeste, el límite doblaba hasta Aznot Tabor; de allí llegaba a Jucoc, y tocaba Zabulón por el sur, Aser por el oeste y el Jordán por el este. (Josué 19, 34)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina