Talált 29 Eredmények: costa

  • Entonces Moisés dijo: "Reciban hoy la investidura sacerdotal de parte del Señor, uno a costa de su hijo, otro a costa de su hermano, y que él les de hoy una bendición". (Exodo 32, 29)

  • Al oeste tendrán como límite la costa del Mar Grande: esta será para ustedes la frontera occidental. (Números 34, 6)

  • Desde Sefám, la frontera bajará hasta Riblá, al este de Ain, y desde allí seguirá bajando hasta tocar la costa oriental del mar de Genesaret. (Números 34, 11)

  • Den vuelta y pónganse en camino, para ir a la montaña de los amorreos y a todas las regiones vecinas: La Arabá, la Montaña, la Sefelá, el Négueb y la costa marítima -es decir, la tierra de Canaán- y el Líbano, hasta el Gran Río, el río Éufrates. (Deuteronomio 1, 7)

  • Al enterarse de esto, todos los reyes que estaban de este lado del Jordán, en la Montaña, en la Sefelá, en toda la costa del Gran Mar, hasta la región del Líbano -hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos- (Josué 9, 1)

  • Los hombres de Judá respondieron a los de Israel: "Es porque el rey está más cerca de nosotros. ¿Por qué se van a irritar a causa de esto? ¿Acaso hemos comido a costa del rey o él nos ha concedido algún privilegio?". (II Samuel 19, 43)

  • Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: "¡Que Dios me castigue si Adonías no ha pronunciado esta palabra a costa de su propia vida! (I Reyes 2, 23)

  • También algunos hombres de Manasés se plegaron a David, cuando él iba con los filisteos a combatir contra Saúl; pero esa gente no pudo ayudarlo porque los príncipes de los filisteos, reunidos en consejo, lo despidieron, diciendo: "Él se pondrá de parte de Saúl, su señor, a costa de nuestras vidas". (I Crónicas 12, 20)

  • Él descendió con su ejército hacia la costa del mar, estableció guarniciones en las plazas fuertes y reclutó en ellas hombres selectos como tropas auxiliares. (Judit 3, 6)

  • Por eso envió en seguida un aviso a las ciudades de la costa, invitando a comprar esclavos judíos y prometiendo entregar noventa esclavos por talento, sin imaginarse el castigo que pronto le infligiría el Todopoderoso. (II Macabeos 8, 11)

  • Más vale un puñado con tranquilidad, que las dos manos bien llenas a costa de fatigas y de correr tras el viento. (Eclesiastés 4, 6)

  • No busques tu gloria a costa del deshonor de tu padre, porque su deshonor no es una gloria para ti: (Eclesiástico 3, 10)


“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina