Talált 31 Eredmények: �Aleluya

  • ¡Aleluya! Alaben a Dios en su Santuario, alábenlo en su poderoso firmamento; (Salmos 150, 1)

  • ¡Que todos los seres vivientes alaben al Señor! ¡Aleluya! (Salmos 150, 6)

  • Por eso te daré gracias y te alabaré, y bendeciré el nombre del Señor. Canto de acción de gracias Den gracias al Guardián de Israel, porque es eterno su amor. Den gracias al Creador del universo, porque es eterno su amor. Den gracias al Redentor de Israel, porque es eterno su amor. Den gracias al que congrega a los dispersos de Israel, porque es eterno su amor. Den gracias al que construye su Ciudad y su Santuario, porque es eterno su amor. Den gracias al que hace florecer el poderío de la casa de David, porque es eterno su amor. Den gracias al que eligió como sacerdotes a los hijos de Sadoc, porque es eterno su amor. Den gracias al Escudo de Abraham, porque es eterno su amor. Den gracias a la Roca de Isaac, porque es eterno su amor. Den gracias al Fuerte de Jacob, porque es eterno su amor. Den gracias al que eligió a Sión, porque es eterno su amor. Den gracias al Rey de todos los reyes, porque es eterno su amor. Él exaltará el poder de su pueblo, para que lo alaben todos sus fieles, los hijos de Israel, el pueblo que está cerca de él. ¡Aleluya! (Eclesiástico 51, 12)

  • Después oí algo parecido al clamor de una enorme multitud que estaba en el cielo, y exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, (Apocalipsis 19, 1)

  • Y volvieron a decir: «¡Aleluya! La humareda de la Ciudad se eleva por los siglos de los siglos». (Apocalipsis 19, 3)

  • Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Seres Vivientes se postraron para adorar a Dios, que está sentado en el trono, y exclamaban: «¡Amén, aleluya!». (Apocalipsis 19, 4)

  • Y oí algo parecido al clamor de una enorme multitud, al estruendo de una catarata y al estallido de violentos truenos. Y decían: «¡Aleluya! Porque el Señor, nuestro Dios, el Todopoderoso, ha establecido su Reino. (Apocalipsis 19, 6)


“Seria mais fácil a Terra existir sem o sol do que sem a santa Missa!” São Padre Pio de Pietrelcina