Talált 83 Eredmények: lino

  • Estarán de muerte los que trabajan el lino, y los que lo limpian y lo hilan, también. (Isaías 19, 9)

  • Yavé me dijo así: «Anda a comprarte un cinturón de lino y póntelo a la cintura, pero no lo metas al agua.» (Jeremías 13, 1)

  • Aparecen entonces seis hombres desde el lado de la Puerta Alta, que mira al norte: cada cual lleva en la mano un instrumento de muerte, y en medio de ellos veo a un hombre con un traje de lino, que tiene en la cintura una tablilla de escriba. Vienen a ponerse al lado del altar de bronce, (Ezequiel 9, 2)

  • e inmediatamente la Gloria del Dios de Israel, que hasta entonces descansaba sobre los Querubines, se eleva en dirección a la puerta del Templo. Llama al hombre con traje de lino, que lleva en su cintura una tablilla de escriba, (Ezequiel 9, 3)

  • En ese momento, el hombre que llevaba un traje de lino y que tenía una tablilla en la cintura, llegó para dar cuenta; declaró: "Hice todo lo que me ordenaste". (Ezequiel 9, 11)

  • Desde allí dijo al hombre vestido de lino: "Pasa por debajo de las ruedas y toma entre tus manos carbones que dispersarás por la ciudad". El hombre fue allá, y yo lo observaba; (Ezequiel 10, 2)

  • Dio esta orden al hombre vestido de lino: "Saca fuego de entre medio de las ruedas y de los querubines". El hombre se aproximó y se puso al lado de la rueda. (Ezequiel 10, 6)

  • El querubín extendió la mano hasta el fuego, sacó unas brasas y las depositó en la mano del hombre con traje de lino; éste las recibió y salió. (Ezequiel 10, 7)

  • Te vestí con ropajes bordados, con calzado de cuero fino, puse en tu cabeza un velo de lino y de seda, (Ezequiel 16, 10)

  • Tus joyas eran de oro y plata, tus vestidos de lino fino, hechos con telas preciosas todas bordadas. Te alimentabas de harina fina, de miel y de aceite, y quedaste magnífica: un día fuiste la reina. (Ezequiel 16, 13)

  • Tus velas eran de lino de Egipto, y de lo mismo tu pabellón. Tus tinturas de púrpura y de escarlata venían de las islas de Elisha. (Ezequiel 27, 7)

  • Me llevó para allá y vi a la entrada a un hombre que parecía de bronce; en su mano tenía un cordel de lino y una vara para medir. (Ezequiel 40, 3)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina