Talált 6218 Eredmények: las

  • Y luego, a los siete días, comenzaron a caer sobre la tierra las aguas del diluvio. (Génesis 7, 10)

  • Cuando Noé contaba seiscientos años de vida, el día diecisiete del segundo mes del año, brotaron todos los manantiales del fondo del mar, mientras se abrían las compuertas del cielo. (Génesis 7, 11)

  • También entraron con ellos en el arca las diversas especies de animales salvajes y de los otros animales, de los reptiles que se arrastran por el suelo y de las aves. (Génesis 7, 14)

  • El diluvio cayó durante cuarenta días sobre la tierra. Crecieron, pues, las aguas y elevaron el arca muy alto sobre la tierra. (Génesis 7, 17)

  • Las aguas subieron y crecieron enormemente sobre la tierra, y el arca flotaba sobre las aguas. (Génesis 7, 18)

  • Subió el nivel de las aguas, y crecieron más y más sobre la tierra, y quedaron cubiertos los montes más altos que hay bajo el cielo. (Génesis 7, 19)

  • Las aguas subieron todavía quince metros después de cubiertos los montes más altos. (Génesis 7, 20)

  • Así perecieron todos los vivientes que había sobre la tierra, desde el hombre hasta los animales, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la superficie de la tierra. Sólo sobrevivieron Noé y los que estaban con él en el arca. (Génesis 7, 23)

  • Las aguas inundaron la tierra durante ciento cincuenta días. (Génesis 7, 24)

  • Y Dios se acordó de Noé y de todas las fieras salvajes y de los otros animales que estaban con él en el arca. Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas descendieron. (Génesis 8, 1)

  • Entonces se cerraron los manantiales que brotaban del abismo, como también las compuertas del cielo, y la lluvia cesó de caer sobre la tierra. (Génesis 8, 2)

  • Las aguas iban bajando sobre la tierra, con flujo y reflujo; empezaron a descender después de los ciento cincuenta días. (Génesis 8, 3)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina