Talált 14 Eredmények: Bañarse

  • Ve a encontrarlo en la mañana, a la hora en que vaya a bañarse. Lo esperarás a la orilla del río, llevando en tu mano el bastón que se convirtió en serpiente. (Exodo 7, 15)

  • Quien toque esta cama deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 5)

  • Quien se siente en un mueble donde se haya sentado cualquiera que padezca derrame, deberá lavar sus vestidos y luego bañarse en agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 6)

  • Si el que tiene derrame escupe sobre un hombre puro, éste deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 8)

  • Si otra persona toca un objeto que ha estado debajo de él, quedará impura hasta la tarde; si lleva este objeto, tendrá que lavar sus vestidos y luego bañarse y será impura hasta la tarde. (Levítico 15, 10)

  • Todo aquel a quien toque el que padece derrame, si no se lava las manos, deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 11)

  • Quien toque su cama deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y permanecerá impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 21)

  • Quien toque un asiento sobre el que se ha sentado deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 22)

  • Quien los toque quedará impuro; deberá lavar sus vestidos y bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 27)

  • El que los queme deberá lavar sus vestidos y bañarse; entonces volverá al campamento. (Levítico 16, 28)

  • Toda persona nacida en el país, o todo forastero que haya comido carne de animal muerto o destrozado deberá lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde; después será puro. (Levítico 17, 15)

  • Tus cabellos, como un rebaño de cabras que ondulan por las pendientes de Galaad. Tus dientes, ovejas esquiladas que acaban de bañarse, cada una tiene su melliza y ninguna la ha perdido. (Cantar 4, 2)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina