15. y que jamás manché mi nombre ni el de mi padre en este país de destierro. Soy hija única de mi padre. El no tiene ni hijos que puedan heredar de él, ni pariente próximo a quien darme por esposo; no tengo, pues, para quién vivir. Después de perder siete maridos, ¿para qué quiero la vida? Si no quieres darme la muerte, Señor, apiádate de mí, ordena que me respeten y tengan compasión de mí. Que no escuche más insultos.»





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina