1. Yavé ordenó a un gran pez que tragara a Jonás, y Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez.

2. Entonces Jonás dirigió esta oración a Yavé, su Dios, desde el vientre del pez:

3. «En mi angustia llamé a Yavé y me respondió, grité desde el lugar de los muertos y tú oíste mi voz.

4. Me habías arrojado en el corazón del mar, y la corriente me cercaba, tus olas y tus remolinos pasaban sobre mí.

5. Y dije: He sido arrojado de tu presencia, nunca más veré tu santo templo.

6. Me subían las aguas hasta el cuello, el abismo me rodeaba, las algas se enredaban en mi cabeza.

7. A las raíces de los montes descendí, al país cuyos cerrojos se cierran para siempre, pero me hiciste subir de la fosa, ¡oh Yavé, mi Dios!

8. Cuando en mí se me desfallecía el alma, me acordé de Yavé, y mi oración llegó a ti, a tu santo templo.

9. Los que sirven los ídolos vanos sacrifican sus esperanzas;

10. pero yo en acción de gracias te ofreceré un sacrificio y cumpliré mis votos: de Yavé viene la salvación.»

11. Entonces Yavé dio orden al pez y éste vomitó a Jonás sobre la tierra.





“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina