29. Dos años después mandó el rey a las ciudades de Judá al misarca, que llegó a Jerusalén con un ejército imponente.





“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina