11. Entonces Pedro, dándose cuenta de lo que pasaba, dijo: "Ahora sé realmente que el Señor ha enviado su ángel y me ha arrancado de la mano de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo judío".





“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina