13. En medio de estos cuatro seres se veían como brazos incandescentes a modo de antorchas que se agitaban de acá para allá entre ellos. Resplandecía el fuego, y del fuego se desprendían fulgores.





“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina