Salmos, 55
18. A la tarde, a la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oye mi clamor.
18. A la tarde, a la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oye mi clamor.
“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina