7. Por tal motivo, apenas todos los pueblos oyeron el sonido de la trompeta, el pífano, la cítara, la sambuca, el laúd, la cornamusa y de toda clase de instrumentos, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron para adorar la estatua de oro que había erigido el rey Nabucodonosor.





“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina