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  • Siquelag, Bet Hammarkabot; Jasar Susá; (Josué 19, 5)

  • Rejum el gobernador, Simsay el secretario y demás colegas; los jueces y los legados, funcionarios persas; las gentes de Uruk, de Babilonia y de Susa - es decir los elamitas - (Esdras 4, 9)

  • Palabras de Nehemías, hijo de Jakalías. En el mes de Kisléu, el año veinte del rey Artajerjes, estando yo en la ciudadela de Susa, (Nehemías 1, 1)

  • en aquellos días, estando el rey sentado en el trono real, en la ciudadela de Susa, (Ester 1, 2)

  • Cumplido aquel plazo, ofreció el rey a todos los que se hallaban en la ciudadela de Susa, desde el mayor al más pequeño, un banquete de siete días en el patio del jardín del palacio real. (Ester 1, 5)

  • Nombre el rey inspectores en todas las provincias de su reino para que reúnan en la ciudadela de Susa, en el harén, a todas las jóvenes vírgenes y bellas, bajo la vigilancia de Hegué, eunuco del rey, encargado de las mujeres, y que él les dé cuanto necesiten para su adorno, (Ester 2, 3)

  • Había en la ciudadela de Susa un judío, llamado Mardoqueo, hijo de Yaír, hijo de Semeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín. (Ester 2, 5)

  • Cuando se proclamó la orden y el edicto del rey, fueron reunidas muchísimas jóvenes en la ciudadela de Susa, bajo la vigilancia de Hegué; también Ester fue llevada al palacio real y puesta bajo la vigilancia de Hegué, encargado de las mujeres. (Ester 2, 8)

  • Por orden del rey, partieron los correos apresuradamente. El decreto fue publicado también en la ciudadela de Susa. Mientras el rey y Amán banqueteaban, en Susa reinaba la consternación. (Ester 3, 15)

  • Le dio también una copia del texto del edicto de exterminio publicado en Susa, para que se lo enseñara a Ester y se informara; y ordenó a la reina que se presentase ante el rey, se ganara su favor y suplicara por su pueblo. (Ester 4, 8)

  • «Vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mí. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentaré ante el rey; y si tengo que morir, moriré.» (Ester 4, 16)

  • Los correos salieron con celeridad y a toda prisa, empleando los caballos de las caballerizas reales, según la orden del rey; la ley también fue promulgada en la ciudadela de Susa. (Ester 8, 14)


“Uma só coisa é necessária: estar perto de Jesus”. São Padre Pio de Pietrelcina