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  • Entonces Abraham dijo: "Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. (Génesis 18, 27)

  • Para aquel que es impuro, se tomará un poco de ceniza de la víctima quemada para la purificación, y se la mezclará con agua viva dentro de un recipiente. (Números 19, 17)

  • Tamar se cubrió la cabeza con ceniza, desgarró su túnica de mangas largas y poniéndose las manos sobre la cabeza, se fue gritando. (II Samuel 13, 19)

  • Ese mismo día, el hombre de Dios dio una señal, diciendo: "Esta es la señal de que ha hablado el Señor: el altar se va a resquebrajar, y se desparramará la ceniza grasienta que hay sobre él". (I Reyes 13, 3)

  • El altar se resquebrajó y se desparramó la ceniza grasienta que había en él, conforme a la señal que había dado el hombre de Dios por orden del Señor. (I Reyes 13, 5)

  • Y todos los israelitas que habitaban en Jerusalén, hombres, mujeres y niños, se postraron ante el Templo, cubrieron de ceniza sus cabezas y extendieron sus sayales ante la presencia del Señor. Cubrieron el altar con un sayal (Judit 4, 11)

  • y, con los turbantes cubiertos de ceniza, imploraban al Señor con todas sus fuerzas, para que visitara favorablemente a toda la casa de Israel. (Judit 4, 15)

  • Entonces Judit se postró en tierra, esparció ceniza sobre su cabeza, puso al descubierto el sayal con que estaba ceñida e imploró al Señor en alta voz. Era la hora en que se ofrecía en Jerusalén, en el Templo de Dios, el incienso de la tarde. Judit dijo: (Judit 9, 1)

  • Cuando Mardoqueo se enteró de lo que había pasado, rasgó sus vestiduras, se puso un sayal, se cubrió de ceniza y salió por la ciudad dando gritos de amargura, (Ester 4, 1)

  • En cada provincia, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, había un gran duelo entre los judíos, con ayunos, lágrimas y lamentaciones. Y el sayal y la ceniza sirvieron de lecho para muchos. (Ester 4, 3)

  • Se despojó de sus vestidos lujosos y se puso ropa de aflicción y de duelo. En lugar de los perfumes refinados, se cubrió la cabeza de ceniza y basura. Mortificó su cuerpo duramente y dejó caer sus cabellos enmarañados sobre aquel cuerpo que antes se complacía en adornar. (Ester 14, 2)

  • Job tomó entonces un pedazo de teja para rascarse, y permaneció sentado en medio de la ceniza. (Job 2, 8)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina