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  • Y cuando comas hasta saciarte, cuando construyas casas confortables y vivas en ellas, (Deuteronomio 8, 12)

  • Cuando el Señor, tu Dios, haya extirpado a las naciones cuyo territorio te entrega, y cuando tú las hayas desposeído y vivas en sus ciudades y en sus casas, (Deuteronomio 19, 1)

  • Este es nuestro pan: todavía estaba caliente cuando nos proveímos de él en nuestras casas, el día en que salimos al encuentro de ustedes; ahora está reseco y convertido en migajas. (Josué 9, 12)

  • Entonces tomaron la palabra los cinco hombres que habían ido a explorar la región de Lais, y dijeron a sus hermanos: "¿Saben lo que hay en esas casas? Hay un efod, unos ídolos familiares y una estatua de metal fundido. Ahora vean lo que tienen que hacer". (Jueces 18, 14)

  • Entonces Salomón reunió junto a él en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los príncipes de las casas paternas de los israelitas, para subir el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David, o sea, desde Sión. (I Reyes 8, 1)

  • Así que mañana, a esta misma hora, te enviaré a mis servidores: ellos registrarán tu casa y las casas de tus súbditos; se apoderarán de todo lo que tú más quieres, y se lo llevarán". (I Reyes 20, 6)

  • Derribó las casas de las prostitutas sagradas que había en la Casa del Señor, y donde las mujeres tejían mantos para Aserá. (II Reyes 23, 7)

  • Josías hizo desaparecer también todas las casas de los lugares altos que se encontraban en las ciudades de Samaría, y que habían hecho los reyes de Israel para provocar la indignación del Señor: hizo con ellas lo mismo que había hecho en Betel. (II Reyes 23, 19)

  • Incendió la Casa del Señor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén, y prendió fuego a todas las casa de los nobles. (II Reyes 25, 9)

  • David construyó casas en la Ciudad de David y preparó un lugar para el Arca de Dios, levantando para ella una Carpa. (I Crónicas 15, 1)

  • Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los príncipes de las casas paternas de los israelitas, para subir el Arca de la Alianza del Señor desde la Ciudad de David, o sea, desde Sión. (II Crónicas 5, 2)

  • Ajaz tuvo que despojar la Casa del Señor, el palacio real y las casas de los príncipes, y le entregó todo al rey de Asiria; pero esto no le sirvió de nada. (II Crónicas 28, 21)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina